19/5/08

Filípides en la Batalla de Maratón

El término Maratón remonta su origen a los hechos ocurridos en la Grecia antigua durante la batalla de Maratón en el 490 a.C. La historia del deporte cuenta cómo el heroico soldado Filípides caía muerto en Atenas después de entregar el mensaje de la victoria y tras correr los aproximadamente 40kms que separaban la capital del Ática de la llanura de Maratón, donde los atenienses libraron una de las batallas decisivas contra el ejército Persa, durante las denominadas Guerras Médicas.
Pero esta noticia difiere sensiblemente de la contada por varios historiadores y estudiosos de la mitología griega. Como parte de las Guerras Médicas, el Ejército Persa, respondiendo al gran Rey Darío, había partido al mando de los generales Datis y Altafernes con aproximadamente 600 barcos, para desembarcar en la bahía de Maratón y dirigirse desde allí por el camino costero hacia la ciudad de Atenas.
El propio Milcíades, quien años antes había sido expulsado por Darío y estaba ahora al mando de las tropas griegas, decidió no esperar y partir a su encuentro para combatir. Aproximadamente 20.000 hombres componían las fuerzas persas y tan solo la mitad las atenienses.
Fue ante este difícil panorama que los atenienses decidieron enviar presurosamente al soldado corredor ateniense (en griego, "hemerodromos") Filípides para pedir refuerzos a Esparta, pueblo griego guerrero por excelencia. Los espartanos, aunque resueltos a ayudar a Atenas, dijeron no poder infringir sus leyes, pues se encontraban en el noveno día del mes lunar y debían entonces esperar uno más para la llegada de la luna llena; lo cual pondría en grave riesgo de una segura derrota para las tropas griegas.
De regreso, y cuando Filípides estaba cerca del monte Partenio, encontró al dios Pan y éste, llamándolo por su nombre, le ordenó que llevara un mensaje a los atenienses según contó el propio soldado: 'preguntándoles por qué no le honraban, siendo que él era amigo de ellos, que les había ayudado antes muchas veces, y que así volvería a hacerlo' (Herodoto V, 105) Con ese mensaje a las tropas atenienses y la decisión de Milcíades de debilitarlas en su parte central para fortalecer los extremos, pues era buen conocedor de que los persas atacaban por el centro, fue que los atenienses rodearon a sus oponentes a pesar de ser doblados en número e infringieron la primera derrota terrestre al ejército Persa.
Filípides fue, según esto, el mensajero no de un hecho consumado, sino el encargado de transmitir a su ejército el mensaje de valor y esperanza que posibilitó su triunfo final y con ello el fin de las primeras Guerras Médicas.
Paula Orozco

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